Qué ver en Philipsburg, en Sint Maarten

Que ver en Philipsburg

Philipsburg es una escala muy interesante en los cruceros por el mar Caribe. Lo primero que debemos saber es que es la capital de San Martín (o Sint Maarten). Esta es una pequeña isla ubicada en el mar Caribe, a tan sólo 240 kilómetros de Puerto Rico.

Lo cierto es que no es muy grande, tiene menos de 90 kilómetros cuadrados. Aún así, la superficie de la isla está divida en dos partes, la francesa, al norte (Saint-Martin) y la holandesa, al sur (Sint Maarten), por lo que podríamos decir que es la única frontera entre dos países de la Unión Europea situados fuera del continente.

Esta isla, San Martín, fue descubierta por Cristóbal Colón en su segundo viaje, al regreso de La Española. La riqueza de sus salinas llamaron la atención al instante, tanto a España como a otros países. Así, a principio del siglo XVII fue invadida y repartida entre Francia y Holanda.

¿Qué podemos ver en Philipsburg?

En este marco encontramos a Philipsburg, que es la capital de la parte holandesa de la isla. Cuando un barco hace escala en esta ciudad, los cruceristas tienen claro que vienen a conocer la historia, visitar las playas (que son impresionantes), tomar licor de guayabas, ir en velero o practicar otros deportes acuáticos en la Bahía de Oriente. No obstante, la oferta turística de esta parte de la isla, la capital de Sint Maarten, es bastante más amplia de lo que podemos pensar a priori.

La capital de esta parte de la isla está llena de lugares interesantes. Uno de estos lugares es, sin duda alguna, Old Street. Esta calle es de lo más famosa, y no por ser la calle más antigua. Esta calle es famosa por ser un lugar ideal para realizar compras de lujo. Aquí tendrás tiendas para todos los gustos, aunque no para todos los presupuestos.

World Duty Free

También se puede visitar la plaza Cyrus Wathey Square o el muelle Captain Hodge Wharf, que son otros rincones turísticos del lugar.

Al margen de la faceta comercial de esta ciudad, que es bastante llamativa y conocida, encontrarás edificios históricos que te van a gustar. Edificios simbólicos para Philipsburg como el Palacio de Justicia (Courthouse), que se encuentra en Front Street. Además, la ciudad cuenta con dos fuertes.

Palacio de Justicia de Philipsburg

Por un lado tienes el Fuerte Ámsterdam, que nos recuerda a la famosa ciudad holandesa. El nombre le viene dado precisamente por ser construido por los colonos holandeses.

Este fuerte fue tomado por las tropas españolas de Cadereyta, que reforzaron sus defensas para detener a los corsarios que rondaban la zona del Caribe contra los intereses españoles. La historia va más allá y es que, según dicen, el mismísimo Peter Stuyvesant, fundador de Nueva Ámsterdam, perdió una pierna en el intento de recuperar el fuerte.

Por otro lado está el Fuerte Willem I. Fue construido por los ingleses en el año 1801. Durante un tiempo fue conocido como Fort Trigge, hasta que finalmente fue reconquistado por los holandeses. En la actualidad quedan sólo algunos resquicios de lo que fue un día.

También puedes visitar Sint-Maarten Park y Sucker Garden Salt Factory. El primero es una especie de zoo. En su interior podrás ver un montón de especies de loros, ocelotes y monos. En el segundo lugar, podrás apreciar una reliquia industrial decimonónica de la sal.

El Museo de Sint-Maarten también es recomendable. En su interior, podrás ver un montón de objetos que trazarán la historia de la isla y de esta ciudad, desde el momento en el que estaba habitada por los indios arahuacos hasta la actualidad.

No podemos, ni podríamos, olvidarnos de las playas de esta isla. En esta ciudad puedes visitar la Playa Maho, que es una de las más conocidas. Está cerca del aeropuerto, por lo que tumbados al sol podremos ver como aterrizan los aviones en la isla.

Playa de Maho

Además, si te interesa, podrás realizar excursiones a otras ciudades de la isla, como Oyster Pond, Simsonbay o Middle Region.

Philipsburg es, sin duda, una de las mejores escalas de crucero en el Caribe. Un lugar donde la historia, la aventura y el relax se dan la mano.

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