Qué visitar en Aruba
Aruba es un país autónomo insular perteneciente a las Antillas Menores. A tan sólo 25 kms. de la península de Paraguaná, al noroeste de Venezuela y al sur del mar Caribe, Aruba es un destino turístico realmente recomendable para los amantes de la naturaleza y los ambientes paradisíacos.
Hasta el año 1986 formó parte de las Antillas Holandesas, y aunque actualmente no pertenece a la Unión Europea, lo cierto es que todos sus ciudadanos poseen pasaporte holandés. Asimismo, los idiomas que se hablan en la isla son el papiamento, holandés, inglés y español.
¿Qué se puede visitar en Aruba?
La isla tiene un sinfín de rincones para visitar, aunque si hay que destacar algunos, es imprescindible conocer el viejo faro California de Aruba. El faro descansa como torre vigía en el área conocida como Hudishibana, muy cerca del extremo noroeste. Es la zona que mejores vistas sobre la isla ofrece, gracias a las grandes dunas de arena y la roca coral de sus costas. Fue aquí el lugar en el que naufragó el famoso barco California, de ahí su nombre.
Una excursión maravillosa es la que te permitirá visitar las formaciones rocosas de Casibari y Ayo. Estas formaciones geológicas cuentan con grandes rocas de diorita de cuarzo. Las Rocas de Casibari, por ejemplo, se elevan en pleno suelo desértico. Sin duda un dato bastante peculiar teniendo en cuenta las características de la isla.
Por otro lado, las formaciones rocosas de Ayo fueron antiguas viviendas de pobladores que dejaron sus petroglifos, diseños simbólicos, en las rocas. Es una zona bastante espectacular, rodeada por grandes rocas que dan la sensación de estar unas amontonadas encima de otras.
En Aruba también hay minas de oro. Estas minas son históricas y datan de los años 1400 y 1500, cuando los aventureros viajaron a esta zona del Caribe en busca de nuevas tierras y tesoros. Cuenta la leyenda que uno de estos tesoros fue el Oro Ruba (Oro Rojo).
Puedes visitar las Ruinas de las Minas de Oro de Bushiribana, al norte de la isla, o bien adentrarte en las Ruinas de las Minas de Oro de Balashi, construida en la punta de la Laguna Española.
Un dato importante es que practicamente el 20% de la isla está dentro del Parque Nacional Arikok. Este parque está dotado de un sinfín de rutas turísticas. Están perfectamente mantenidas, por lo que las caminatas son una verdadera gozada. Además, el parque natural es seguro en su exploración. Ahora bien, para ello, será necesario que los turistas no se alejen nunca del sendero principal.
Muy cerca de los límites del parque, encontrarás el monte Arikok, que es un gran monte ubicado en el centro de la isla. Se trata de una reserva natural que esconde dibujos y pictogramas de los antiguos indios Arawak, que eran los antiguos moradores de estas tierras.
Es evidente que si viajas hasta este paraíso insular una de las actividades imprescindibles será conocer algunas de sus playas. Las tiene para todos los gustos, y son espectaculares. Playas de agua cristalina que se reparten por toda la superficie de la isla. Aunque podrías elegir cualquiera, si tienes poco tiempo puedes ir a lo seguro.
Destacan playas como Palm Beach, una franja de unos dos kilómetros de largo en la que se levantan grandes hoteles. Esta playa es muy amplia, y cuenta con zonas específicas para practicar diversos deportes náuticos. Además, está dotada de todos los servicios, como restaurantes o tiendas.
En cuanto a la calidad de sus aguas, hay que decir que Palm Beach tiene unas aguas tranquilas, ideales para las personas que disfrutan de la natación o incluso del buceo.
Otra opción puede ser Eagle Beach. Es un área pública bastante popular que bordea la carretera principal de la isla. Tiene unas vistas impresionantes, y su mar es brillante y apetecible a partes iguales. Además, si vas con coche, cuenta con estacionamiento, áreas de picnic o la posibilidad de practicar deportes acuáticos motorizados.
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