Los cruceros fluviales muchas veces nos acercan a escalas tan interesantes como Coblenza. Coblenza es una ciudad de Alemania situada a ambos lados del río Rin. Un lugar que, quizá, no sea el destino turístico más llamativo ni conocido del país, no obstante, podemos decir con toda certeza que está considerada como una de las ciudades más bonitas de Alemania. Prueba de ello es que fue nombrada Patrimonio de la Humanidad.
Coblenza ya impresiona por la ubicación en la que se encuentra. Rodeada de cuatro macizos centrales, viñedos y bosques, esta ciudad atesora monumentos de gran belleza. Iglesias, palacios o antiguos caseríos de aristócratas europeos harán las delicias de los turistas.
Lugares que ver en Coblenza durante tu escala de crucero
Puedes visitar la Jesuitenplatz. Es una de las plazas más famosas de la ciudad. Fue construida hace unos cuatro siglos y cuenta con el Ayuntamiento de la ciudad. Otra plaza importante sería la Am Plan, que también conserva edificios históricos construidos en el siglo XVIII.
Entre la lista de los monumentos más destacados de Coblenza, figura el Palacio o Castillo de los Príncipes Electores. Este lugar es fue la residencia del último arzobispo y elector de Trier. Él mismo lo encargó construir a finales del siglo XVIII. Más tarde, en el siglo XIX, el príncipe heredero prusiano (Guillermo I) , también vivió aquí durante algunos años.
Si bien es cierto que el palacio fue destruido casi por completo durante la Segunda Guerra Mundial, fue restaurado rápidamente. En la actualidad, podemos decir que es uno de los ejemplos más importantes de lo que se conocía como las primeras grandes casas neoclásicas franceses en esta zona de Alemania.
Es imperdonable no pasar por el Castillo de Stolzenfels. Esta construcción a orillas del río Rin, en un punto cercano a la desembocadura del río Lahn, es una verdadera maravilla. Fue en su día la residencia estival de un rey prusiano y se aloja en lo alto de una colina, por lo que las vistas panorámicas sobre el valle del Rin son impresionantes.
Esta fortaleza medieval está rodeada por un frondoso bosque y su estructura data del siglo XIII, aunque fue reconstruida cinco siglos más tarde. Una obra maestra del gótico que nos deja piezas tan destacables como su torre central.
En el interior, dejando a un lado la fachada, podremos recorrer pasillos y salas diseñadas a principios del siglo XIX. También terrazas abiertas, tejados planos y amplios salones en los que se organizaban las recepciones más lujosas. En todas ellas, debemos fijarnos siempre en la decoración recargada. Quizás la parte más famosa sea la Sala de los Caballeros, gracias a los frescos que lucen sus paredes en los que se representan escenas del Medievo alemán.
En Coblenza, además de plazas, palacios y castillos, también encontrarás templos. Iglesias como la Basílica de St Kastor. Se trata de una iglesia de origen medieval que destaca por ser la más antigua de la ciudad.
No menos importante es la Fortaleza de Ehrenbreistein. Fue construida en el siglo XVI y se encuentra en la desembocadura del río Mosela. Es un enorme edificio barroco que se construyó a partir de otro castillo del año 1.000, un lugar que fue residencia de los barones electores de Tréveris. Desmantelado por las tropas francesas, fue restaurado y hoy por hoy es un lugar que alberga el Landesmuseum Koblenz, un albergue juvenil, el Monumento al Ejército y varias dependencias administrativas.
Como queda patente, Coblenza tiene monumentos para una escala de lo más completa. No obstante, uno de los puntos más importantes de esta ciudad no tiene nada que ver con edificios. Se trata del Deutsches Eck, o lo que es lo mismo, la esquina alemana. Es el punto exacto en el que confluyen los ríos Rin y Mosela. Justo en este punto se levanta una gran estatua del emperador Guillermo I, Guillermo el Grande.
Y como guinda en esta escala, no olvides degustar alguno, o varios, de los deliciosos platos alemanes, y también alguno de sus vinos. Esta zona tiene una importante tradición vinícola, probablemente la más antigua de Alemania, y lo correcto es rendirle un respetuoso homenaje.