Marsella es el mayor puerto comercial de Francia. Una ciudad que es, además, la segunda en cuanto a población se refiere. Fundada en el 600 a.C, es una de las urbes más antiguas de Europa, algo que, sin lugar a dudas, asegura ya un montón de visitas para esa escala de crucero que tienes programada.
Cómo llegar del puerto a Marsella
El puerto al que llegan los cruceros está a varios kilómetros del centro. Puedes, así, reservar una excursión con tu compañía de cruceros, o bien lanzarte a la aventura y conocer este núcleo urbano tú mismo. Sea como sea, podrás llegar a Marsella, o al lugar en el que empiecen tus excursiones, de diferentes formas:
Puedes llegar en autobús lanzadera. La mayoría de los cruceros lo habilitan. Este autobús desplaza a los pasajeros hasta el Puerto Viejo, un lugar hermosísimo desde el que podrás empezar las distintas excursiones programadas con tu crucero.
Hay autobuses de línea que te acercarán a la ciudad en unos 15 minutos. Nada más bajar del crucero, podrás seguir una línea verde que te dirigirá a la salida del puerto. Justo allí encontrarás la parada del autobús de línea 35. Este autobús te llevará al centro. Es la opción más económica, aunque es evidente que también es la menos rápida.
La opción más cara, pero también la más cómoda, es la de viajar en taxi. Justo al desembarcar encontrarás una parada de taxis. Si sois muchos, puede ser una buena opción, pues sale más económico cuantos más seáis. Si habéis hecho amistad con gente del crucero, plantearos la opción de compartir este transporte.
Qué ver en Marsella
El Puerto Viejo, como comentábamos, es un lugar precioso para comenzar las excursiones por la ciudad. Justo allí pueden verse los fuertes de San Nicolás y St Jean, ambos custodiando la entrada de este lugar.
Es imprescindible visitar la Catedral de Santa María la Mayor. Se trata de un imponente edificio con varios estilos en su fachada, románico y bizantino, para ser más exactos. Es única en toda Francia debido a esta unificación de estilos, y sorprende muchísimo.
La Basílica de Notre Dame de la Garde es, sin lugar a dudas, la iglesia más querida por los habitantes de la ciudad. Domina la ciudad desde lo alto de un cerro, y es posible verla desde todas partes. Conocida como “La buena madre” es una visita que no deja indiferente a nadie.
Uno de los edificios más antiguos de la ciudad es el de la Abadía de San Víctor de Marsella. Fue construida aproximadamente en el siglo V, y su importancia no se queda únicamente en la ciudad pues es uno de los templos más destacados de toda la Provenza.
El Castillo de If es una fortaleza del siglo XVI que se levanta en una isla pequeña en plena bahía de Marsella. Si ya desde la bahía es una visión increíble, visitarla no tiene desperdicio alguno.
No puedes irte de Marsella sin visitar el Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo, o lo que es lo mismo, el MuCEM. Fue inaugurado en el año 2013, por lo que antiguo, lo que se dice antiguo, no es.
El museo está consagrado a la conservación, estudio y divulgación del patrimonio antropológico de esta zona de Europa y del Mediterráneo en general. Podrás, así, visitar un sinfín de colecciones venidas de todo el mundo.
La Rue de la Republique es una de las calles más importantes de Marsella. Es recomendable para poder admirar algunos de los edificios señoriales y burgueses más destacados de toda la ciudad.
Para terminar, no dejes de pasar por el Barrio Le Panier. Se trata de uno de los lugares más bonitos de Marsella. Es el corazón histórico de la ciudad, lleno de callejuelas con un sabor especial. Grafitis, arte urbano y un montón de tiendas para todos los gustos se abrirán a tu paso. Termina el día tomando un café o picando algo en alguna de sus elegantes y curiosas cafeterías.
Tenéis más información en: Lugares que ver en Marsella.
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