Viaje inaugural en el Norwegian Bliss

En este post vamos a explicar nuestra experiencia a bordo del espectacular Norwegian Bliss, un crucero inaugural que nos permitió disfrutar del barco a fondo en solo dos días. Llegamos el pasado 19 de abril al aeropuerto de Hamburgo y tomamos nuestro tránsfer en dirección al puerto de Bremerhaven. Una vez allí, hicimos todos los procedimientos rutinarios corespondientes al embarque y por fin entramos a conocer el barco. Justo entrando por la primera estancia nos recibieron con globos, música y algunos amenities de la naviera.

Comenzamos la experiencia a bordo

Era ya la hora de comer cuando estábamos embarcando y lo primero que hicimos fue investigar las opciones de restauración. Nos decantamos por probar el buffet ya que había miles de opciones para todos los gustos, además de postres de todo tipo y sabores.

 

Nos encontrábamos muy emocionadas por conocer las instalaciones con todo detalle, por lo que después de llenar el estómago en el buffet y hacer el simulacro de emergencia obligatorio, nos fuimos al camarote a organizar nuestra estancia y reservar los espectáculos.

Una vez que teníamos toda la estancia programada fuimos a explorar algunas cubiertas del barco mientras grabábamos un video en directo para nuestros seguidores en Facebook. En el video en directo enseñamos la mayor parte de las instalaciones del barco e íbamos respondiendo las dudas que a los seguidores les iban surgiendo. Ya nos quedaba el tiempo justo para ir al camarote y arreglarnos para la cena en el Teppanyaki, que era el restaurante japonés que teníamos reservado para esa noche.

En este restaurante se pueden degustar platos típicos japoneses a la vez que se disfruta del espectáculo que ofrece el talentoso chef, mientras estábamos sentados alrededor de una mesa con una gran plancha de acero dónde se cocinan todas las delicias que más tarde servirán en el plato. El precio de este restaurante incluye una serie de entrantes (sopa Miso, arroz tres delicias y verduras salteadas) y luego un plato principal y un postre por persona. Si os decidís a acompañar esta cena con un cocktail, no olvidéis pedir el Cocktail de Wasabi, ¡impresionante! Tras esta increíble experiencia nos dirigimos hacia el espectáculo que se ofrecía en el teatro. Las actuaciones son todas tipo Broadway por lo que son una auténtica maravilla; de hecho, la naviera ha sido premiada por ofrecer el mejor entretenimiento a bordo de sus barcos.

Segundo día a bordo del Norwegian Bliss

El segundo día aprovechamos para participar en una yincana propuesta por el barco para conocer a fondo todas sus características: spa muy completo con una habitación de hielo, otra de sal, jacuzzi, camas calientes y mucho más; pista de Karting; sala de juego para batallas láser, gimnasio, pista de Jogging, 22 opciones de restauración, así como similitudes y diferencias con otros barcos de la naviera.

Para comer ese día quisimos probar el “Margaritaville at sea” dónde nos prepararon un cóctel riquísimo, probamos los mejores nachos con guacamole, quesadillas y hamburguesas, acompañado por el trato del personal que en todo momento estaba dispuesto a atendernos con una sonrisa.

Después del atracón que nos metimos, queríamos relajarnos en las tumbonas acolchadas de la zona chill out reservada para adultos, contemplando el mar de la mano de un refresco y un aperitivo. Eso sí, poco tiempo pudimos recrearnos en las tumbonas, puesto que hay miles de cosas que hacer en el barco y en breve teníamos reservada la experiencia Laser Tag, que consiste en un combate con pistolas láser al aire libre, en la que dos equipos rivales tienen que enfrentarse y conseguir puntos derribando a sus oponentes mediante disparos láser. Al terminar el juego, no tuvimos tiempo de recuperarnos de la adrenalina que esto supone y nos dirigimos hacia la pista de carreras más grande de alta mar, dispuesta en dos niveles, para montar en karts.

La experiencia se terminaba, nos encontrábamos en la última noche del maravilloso crucero, y ya se notaba la cuenta atrás. Esa noche fuimos a cenar al restaurante principal a la carta y la calidad de los platos era exquisita. Y después de terminar con la cena, nos organizaron una increíble fiesta con Dj en la cubierta de la piscina, dónde disfrutamos de cócteles, copas y música de todos los ambientes. A altas horas de la noche siempre hay abierto alguna zona para picar algo, como por ejemplo la cantina Los lobos y la zona de bar cerca de Cavern Club.

La mañana siguiente procedimos a realizar el desembarque, pero antes hicimos una parada para tomar un café en el Starbucks que se encuentra a bordo. Con todo esto dimos por concluida nuestra visita inaugural del Norwegian Bliss.

Nos quedamos con un buen sabor de boca y nos faltaron días para poder exprimir a fondo todas las instalaciones del barco, pero eso es bueno porque ¡esperamos volver!

Recomendamos plenamente embarcarse y disfrutar de este navío puesto que ofrece todo lo que mayores y niños esperan, desde toboganes acuáticos y pista de carreras de coches eléctricos para ofrecer la máxima diversión, a zonas de relax dispuestas por todo el barco para relajarse como unas buenas vacaciones merecen.

¿Te animas a probar este espectáculo sobre el mar?

Aquí puedes saber más del Norwegian Bliss

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