En nuestro crucero por los Fiordos podremos encontrar numerosos rincones llenos de visitas interesantes; y es que no sólo de paisajes y naturaleza vive el hombre. Una de las escalas que más nos ofrecerá en este recorrido es Bergen, la segunda ciudad más grande de Noruega, tras Oslo, situada al oeste del país y considerada como la puerta de entrada a los fiordos noruegos.
Su nombre significa “Las montañas”, y lo cierto es que los noruegos no podrían haber escogido otro nombre mejor, pues la ciudad está completamente rodeada de montañas. Es por este motivo que también recibe otros nombres tan sugerentes como la ciudad de las 7 colinas. Aunque no es sólo sus montañas hacen referencia a su nombre, también es conocida como la ciudad de la lluvia; y es que aquí la media de días de lluvia es nada más y nada menos que 300 al año. Si viajamos hasta esta ciudad y no cae agua, podemos considerarnos muy pero que muy afortunados.
Ya hemos atracado en el puerto de Bergen. ¿Ahora qué vemos?… Podemos comenzar por el Bryggen, el muelle de la ciudad. Es un lugar hermosísimo y con muchísima historia; y es que durante la Edad Media este lugar era uno de los puertos comerciales más importantes de la zona. Pero además, nos sorprenderá por las construcciones de madera que lo adornan. Casas pintorescas que hicieron que fuera declarado como Patrimonio de la Humanidad, ahí es nada. De estas casas podemos decir que cuentan con una arquitectura típica que ha perdurado en el tiempo encontrando sus orígenes hace nada más y nada menos que 900 años. Estas casas contaban todas con su propio dique, con almacén y polea incluidos.
Cabe destacar que en la actualidad, en esas casas ya no hay familias. La mayoría sirve como museos, así, encontramos el Museo Theta, el cual habla de un grupo de resistencia a la invasión alemana durante la II Guerra Mundial, o el Museo de la Hansa, que hace un balance de los buenos años comerciales de la ciudad.
No podemos perdernos Mariakirken, una iglesia muy curiosa que nos muestra la arquitectura románica noruega. Es uno de los edificios más antiguos de toda la ciudad, y ha sobrevivido a todos los incendios que la han asolado durante siglos, que no son pocos. Su interior es encantador y cuenta con un mobiliario y decoración aún más encantadora que sus líneas arquitectónicas. Así, debemos fijarnos en el tríptico del altar, realizado por Lübeck, o el púlpito barroco y los frescos del siglo XV.
Catedral de Bergen
Otra parada obligatoria es el Fisketorget, o lo que es lo mismo, el Mercado de Pescados. Estamos ante una ciudad cuya actividad pesquera siempre ha sido importante, por lo que lugares como la lonja no puede faltar en nuestro recorrido. Además de pescado, también encontramos delicias como los bocadillos de salmón o la carne de reno ¿apetece?
Y siguiendo con esta vinculación al mar, nuestro recorrido nos lleva al Aquario de Bergen. Es la atracción más visitada, pues cuenta con una amplísima lista de especies marinas como pingüinos, caballitos de mar, focas etc. Tiene unos 60 tanques interiores y 3 grandes piscinas exteriores.
Finalmente destacamos el Gamle Bergen. Se trata de un museo al aire libre con más de 40 casas de madera de los siglos XVIII al XIX. Se trasladaron una a una aquí para que se conservaran en un estado casi perfecto. Todas están decoradas con muebles de la época gracias a los cuales podemos hacernos una idea de cómo era la vida por aquellos días.
Casas de madera en Bergen
Aunque al principio comentábamos que Bergen cuenta con patrimonio más que suficiente para entretenernos durante su escala, sería imperdonable no comentar que el Fiordo de Hardanger es accesible desde esta ciudad. Es un magnífico fiordo que se adentra a lo largo de 179 kilómetros. Un paisaje impresionante que asombrará al más exigente de los turistas.
Sin duda una escala muy interesante, quizá el comienzo de nuestra ruta, quizá el final, pero siempre con sorpresas.