Cuando elegimos viajar en un crucero sabemos que vamos a visitar muchos países diferentes y que vamos a contar con un tiempo reducido para conocerlos. En este punto aparecen como por arte de magia las excursiones en tierra organizadas por la propia naviera, algo que muchos acogen con gran alegría pero que otros tantos repudian ¿por qué? ¿Son realmente una buena idea? Os hablamos un poco sobre los pros y contras de las excursiones en crucero para que podáis valorar vosotros mismos; y es que ante todo, hay que pensar que cada crucerista es diferente, y que por tanto, lo que a uno le puede ir bien, a otro simplemente no.
Para empezar es obvio que en las escalas hay mucho para ver. Se trata de destinos que no hemos visto antes (por norma general), con toda la curiosidad que eso suscita. Si contamos con un tiempo escaso para conocer lo más importante, parece interesante optar por contratar una excursión cerrada que nos acerque a esos lugares, pues nadie mejor que un experto guía para mostrarnos la ciudad.
Cabe destacar que estas excursiones están completamente sincronizadas con el barco, por lo que será poco probable que zarpen sin nosotros, algo a lo que sí nos exponemos al hacer un recorrido por nuestra cuenta.
Sin duda se aprovecha mucho mejor el tiempo. Pensad el caos que podría derivar de perdernos en el centro de una ciudad. Pérdida de barco en el peor de lo casos, pero también pérdida de tiempo para conocer más lugares de esa ciudad.
Asimismo, hay que destacar que hay muchísimas excursiones organizadas que realizan actividades que si no fuéramos en grupo no podríamos realizar.
Por último, pensad que no todos los países son igual de seguros. Podemos hacer escala en lugares poco seguros, siendo la opción de las excursiones la más razonable para mantener nuestra integridad.
Parece que queda completamente claro los puntos positivos de estas excursiones, siendo su fuerte el aprovechamiento del tiempo y la despreocupación en cuanto a horarios se refiere. Pero también debemos hablar de los puntos que no son tan positivos.
Las excursiones suelen pagarse fuera del precio del camarote, algo que sin duda encarece. Además, los precios, por norma general, no son muy bajos, aunque evidentemente dependerá de la naviera que escojamos.
Uno de los aspectos más negativos de este tipo de excursiones es su falta de flexibilidad. Está claro que andar por una ciudad con un guía es útil, pero seguro que hay gente que necesita un poco más de libertad. Salirse del grupo y disfrutar solo no parece recomendable, más después de haber desembolsado esa cantidad de dinero. Así pues, en determinados sitios quizá sí sea más interesante prescindir de las excursiones organizadas, sobre todo esos cuyo puerto ya nos deja en zonas turísticas sin tener que caer en líos de autobuses u otros medios de transporte.
Si eres amante de las compras quizá lo que menos te guste es que en estas excursiones muchas veces están pactadas, evidentemente no se reconoce. Así, si vamos a Túnez, lo más normal es que en el zoco nos dejen sueltos por alguna tienda específica, no teniendo tiempo para comprar en otras tiendas que igual nos parecen más atractivas.
Teniendo en cuenta todo esto, parece que las excursiones muchas veces no convencen. Las navieras lo saben, pues notan que cada vez son menos los turistas que las contratan. Aun así, han querido reinventarse creando productos nuevos. Ahora es normal ver los viajes privados con chófer, una forma diferente de ver la ciudad y que añade una nota de lujo a este tipo de excursiones.
Desde vayacrucero os animamos a estudiar las ofertas antes de subir al barco. Ver qué tipo de excursiones suelen hacer, revisar nuestras escalas y analizar si estas pertenecen a ciudades fáciles para conocer o por el contrario de difícil acceso, y es que mientras que en algunos lugares pensamos que las excursiones no son necesarias, en otros no se nos ocurriría bajar del crucero sin ellas.