El Puerto de San Petersburgo recibe a diario un gran número de turistas y no es para menos, teniendo en cuenta que es la segunda ciudad en importancia de toda Rusia. Un lugar plagado de arte, arquitectura e historia que enamora al primer contacto.
Fundada por el Zar Pedro el Grande, allá por 1703, San Petersburgo surgiría con el fin de convertirse en la ventana de Rusia hacia el mundo occidental. Doscientos años de historia la situaron y respetaron como capital rusa; no obstante, tras la Revolución rusa la capital pasaría a Moscú. Aun así, en la actualidad, sigue manteniendo la grandeza de aquellos días, con cientos de visitas interesantes para todos aquellos que lleguen en uno de los grandes barcos que atracan en su puerto.
¿Qué hacer durante una escala en el Puerto de San Petersburgo?
Aunque evidentemente se pueden realizar excursiones fuera de la ciudad, lo cierto es que dado el tamaño de la misma, y el gran número de atracciones que guarda, se hace recomendable quedarse en los límites urbanos para poder visitar todo o parte de su Patrimonio Cultural.
Cabe destacar que el centro histórico de San Petersburgo ha sido considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a la increíble y fusión única del barroco y neoclásico, así como por la influencia que ha ejercido en el resto de la arquitectura rusa. Por tanto, pasear por este centro histórico, bastante amplio y con gran número de edificios destacados, es una de las mejores actividades que podemos hacer aquí, en San Petersburgo.
Si tenemos que destacar una visita importante, esta es, sin lugar a dudas, la del Museo del Hermitage. Es una de las pinacotecas más grandes del mundo, además de contar con una de las mayores colecciones de antigüedades del globo.
El Hermitage cuenta con seis edificios a orillas del río Neva. De todos ellos, el que más destaca es el del Palacio de Invierno, que era la residencia oficial de los zares. Aunque también podemos encontrar el Palacio Menshikov o el Edificio del Estado Mayor.
La pinacoteca se formaría con la colección privada que los zares fueron atesorando durante su vida. Una colección que sería abierta al público a partir de 1917 con más de tres millones de piezas.
Entre esas tres millones de piezas se puede ver desde arte prehistórico hasta numismática, muebles y esculturas de todo tipo.
Aunque el Hermitage es es museo más importante de la ciudad, tampoco podemos olvidarnos del Museo Estatal Ruso, ubicado en el Palacio Mijáilovski y dedicado únicamente a artistas rusos.
En cuanto a las visitas a los templos de la ciudad se refiere, es imperdonable no ver la conocida como Catedral de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo, templo ortodoxo ruso situado dentro de la Fortaleza de San Pedro y San Pablo. Asimismo, la fortaleza en sí es el lugar más antiguo de toda la ciudad, construida sobre la Isla Zayachy con el único fin de proteger la ciudad ante cualquier ataque naval sueco.
La Catedral de San Isaac es la iglesia más grande y suntuosa de la ciudad. El origen de esta iglesia hay que buscarlo en otra zona, en Almirantazgo. Lugar en el que ya existía una iglesia de madera muy pequeñita dedicada al monje Isaac. Posteriormente se construiría otra de piedra, pero ésta quedaría pequeña allá por el siglo XVIII.
Así, finalmente, se construiría la nueva catedral a mediados del siglo XIX. Una monumental y majestuosa catedral que está decorada con43 tipos diferentes de minerales, así como diferentes mármoles rusos, italianos y franceses. Una cúpula sobredecorada con oro, 100 kilos, así como más de 400 obras de arte, complementan la visita a este destacado templo.
La hermosa Catedral de la Santa Trinidad de San Petersburgo, podría dar cobijo a unas 3.000 personas, algo que le proporciona unas medidas bastante interesantes. Es un claro ejemplo del estilo imperio tardío, pues fue construida entre 1828 y 1835. Este lugar también debe figurar en nuestro particular recorrido por la ciudad.
Por último, nos gustaría destacar la visita al Monasterio de Alejandro Nevski, fundado en 1710 por Pedro el Grande con el único fin de albergar los restos de Alejandro Nevski, un líder ruso y santo de la conocida como Iglesia Ortodoxa.
En su interior podremos observar dos iglesias, ambas barrocas, diseñadas por Domenico y Pietro Antoni Trezzini. Además, también es posible visitar una Catedral muy hermosa construida allá por 1778 en un estilo neoclásico y consagrada a la Sagrada Trinidad.