La polémica surgió cuando la naviera Royal Caribbean, especializada en cruceros por el Caribe, decidió mantener sus paradas en Labadee, una isla al norte de Haití propiedad de la compañía, situada a unos 150 kilómetros del epicentro del terremoto en Puerto Príncipe.
Y es que son muchos los que piensan que no es ético desembarcar en un país que acaba de sufrir una tragedia en la que han perdido la vida más de 150,000 personas.
Según afirma la naviera, ésta es la mejor forma de colaborar con Haití ya que de esta forma mantiene y asegura el trabajo de los empleados haitianos y además genera ingresos ya que se mantiene la actividad.
En la otra cara de la moneda están los muchos turistas que aseguran que no serían capaces de “ disfrutar de las playas paradisíacas y comerse una hamburguesa mientras en una parte del país se mueren de hambre y de sed”.
Ante las críticas recibidas, la naviera de cruceros Royal Caribbean anunció que donará un millón de dólares en ayuda humanitaria a Haití, y que además destinará los ingresos que obtenga por los viajes a Ladabee a las víctimas del terremoto.
La compañía también informó de que cada crucero que va esta zona del caribe lleva contenedores de arroz, leche en polvo, agua y comida enlatada, y que la gente que va a disfrutar a Labadee también lleva ayuda, por lo que apoyan a sus clientes que deciden colaborar de esta manera.
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