Veranear en una isla desierta

Vacaciones en una isla desierta

Aguas cristalinas, exuberantes palmeras, cálidas brisas, nadie que te moleste… ¿quién no ha imaginado alguna vez pasar sus vacaciones en una isla desierta? Lo que hace unos años parecía un  sueño hoy es una realidad al alcance de muchos.

En Internet se pueden encontrar páginas que se dedican a la venta o alquiler de islas, la mayoría de ellas situadas en el Caribe o en el Índico, a precios muy variados. Un alquiler puede oscilar entre los  90 dólares a la semana (unos 70 euros) y los 5.000 dólares (unos 3.700 euros), dependiendo del sitio y el servicio que se quiera contratar.

Hace años que los multimillonarios, los famosos y muchas compañías pertenecientes al sector turísticos se dedican a comprar islas buscando la tranquilidad o la rentabilidad económica, como es el caso de los cruceros de NCL, compañía que en los años 70 compró la isla  Great Stirrup Cay, en las Bahamas, un paraíso de arena blanca en el que se pueden hacer un sinfín de actividades como kayak, esnórquel, broncearse y relajarse en una hamaca o hacer una barbacoa. Si te animas a visitarla, puedes hacerlo a bordo del crucero Norwegian Sky que recorre Miami, Nassau y Great Stirrup Cay desde 249 Euros.

Otro ejemplo que además está de actualidad es el que comentábamos hace unas semanas en este blog de cruceros, el de la compañía Royal Caribbean, naviera que ha sido muy criticada por mantener sus visitas a la isla que posee al norte en Haití, tras el seísmo ocurrido el pasado enero, que se cobró la vida de más de 200.000 personas.

En brasil también es una práctica muy común. La compañías CVC, la principal agencia de viajes brasileña, está buscando una playa privada en la Ilha do Mel para construir una base para recibir a los cruceros de la empresa. Esta agencia ya cuenta con una playa particular en una isla de la bahía de Angra dos Reis.

En España es más complicado encontrar playas o islas privadas ya que, en el caso de las playas, la legislación contempla que debe ser de dominio público. A pesar de ello las compañías turísticas se las apañan para ofrecer a sus clientes parajes inaccesibles para la mayoría. Esto ocurre mucho en las Islas Canarias, donde los establecimientos hoteleros privatizan los accesos a la playa con lo cual, a pesar de ser de dominio público, son inaccesible para todos aquellos que no sean clientes del resort.

Además de la “semiprivatización” de las playas, en Canarias también se ofrecen islas para comprar, como Montaña Clara, una isla de 2.7 km2 al norte de Lanzarote, que se puso en venta en 2007 por 9 millones de euros, aunque según el Estado, la playa era de dominio público. El entonces propietario del islote intentó que el Gobierno central comprase el terreno, pero las negociaciones no tuvieron éxito.

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